Me esperan mis once hijos en el patio en formación de revista porque quieren enseñarme sus tatuajes. Al fondo, contra una espesa pared de matorrales, se amontonan cajas espachurradas de comida para avispas. El mayor, el primero de la fila, tiene un salvavidas de patito enrrollado a la cintura y la cara llena de granos. Me dice con lágrimas en los ojos que soy un mal padre que no se acuerda nunca de sus hijos. Desde el otro extremo de la fila, la más pequeña me tira un ladrillo de plástico a la cabeza mientras el resto se ríe. Mi hermana Angelita asoma desde el interior de un contenedor y pregunta de donde ha salido toda esa chusma.
Veo a través del móvil unas montañas altas y hermosas cuyo nombre desconozco. Le digo a Fran que como él sabe de estas cosas quizás pueda acercarlas un poco más. Me dice que no puede porque tiene entreno, pero me escribe en un papel, con su cepillo de dientes, una dirección de confianza. Diles que vas de mi parte, dice, mientras hace ejercícios en la rueda giratoria de una jaula para hamsters.
Miguel y Eduard cocinan arroz en una perola grande, sobre un fogón pequeño al que Miguel zarandea con fuerza. Eduard lleva una cinta o un pañuelo alrededor de la cabeza y sonríe al verme entrar. En un rincón, sobre un suelo atestado de serrín, se amontonan huesos de jamón y cabezas enteras de vaca con la lengua fuera. Oigo la música o el ronroneo confuso de un transistor o algo similar que viene del exterior, de un jardín o de un patio. La perola está llena de burbujas grasientas y emite una música similar. Qué bonito, le digo a Miguel. Y Miguel me dice que es el último tema de Julio.
Una pesadilla.
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Un saludo, Santiago
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Ufff…los míos son todavía más extraños. Intento descifrarlos…algunos llevan ciertos mensajes , es lo que me parece😀 Que tengas dulces sueños esta noche.
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Eso dicen, siempre hay alguna interpretación, pero esta carpeta las deja al margen. Un beso, Tatiana.
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, pero esta carpeta las deja al margen…¡Ojo! , precisamente los huesos , las cabezas de vacas con las lenguas fuera y la carne se interpreta como una buena señal : pronto vas a enriquecerte y mucho. Es la mensaje que lleva tu cuarto sueño.Y si se cumplirá mi adivinanza compartimos tu fortuna . es lo que yo espero . Un abrazo fuerte
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Ojalá!!! Un abrazo.
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Uf, las cabezas de vaca con la lengua fuera sobre el suelo lleno de serrín, es una imagen tremenda. Buñuel ha sonreido en alguna parte 🙂
Abrazos, eladio
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Creo que la cosa viene por un mercado que visité en Cuzco. Las ví allí, en el suelo, y muchas. Y la verdad es que me impresionaron. Un abrazo, Xibeliuss.
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Una imagen inquietante… la ventaja de los sueños es poder abrir los ojos. Un abrazo eladio
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Sí, eso es una ventaja, menos cuando los sueños son mucho más plcenteros que la realidad. Un abrazo, Manuel.
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¡Ufff! Espero que vuelva del mundo onírico, suelen ser desasosegantes.
Un saludo.
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Los sueños son una invitación al psicoanálisis literario, el otro me atrae menos, dicho sea sin menosprecio. De ese magma saltan los chispazos que iluminan la oscuridad. Si te animas seguro que sacas un buen relato de esas experiencias oníricas. El relato está ahí, esperando salir a la luz. Un abrazo.
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Sí, el relato puede manar de esos sueños, pero yo creo que en sí mismos ya pueden serlo. Gracias y un abrazo, Antonio.
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Quién dará de comer a las avispas?
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Buena pregunta, yo no.
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