Escrito a mano. Ausencias.

Visito con interés una exposición colectiva sobre la ausencia. Uno de los siete artistas seleccionados es amigo mío, y su obra construye los silencios y las melancolías que sobre nuestra memoria deposita el viaje. En este caso, un viaje a Marruecos en el que yo estaba ausente. Estuve en otros, pero en este no. El artista evoca la nostalgia de la experiencia a través de materiales diversos, poéticos y audiovisuales, una maleta que contiene una cámara, unas cintas y una lamparita, un video que recoge escenas del viaje y un espacio circular hecho de arena sobre el que ha depositado una tetera y unos vasos de barro sin cocer. Contemplando esa instalación, deduzco que la ausencia es un plano de simetrías. En un lado están el espacio y el tiempo, que contiene todas las ausencias posibles, y en el otro el ausentado, que a su vez retiene las ausencias de los que están al otro lado. Como ausente, la instalación me permite sentir profunda nostalgia de aquel viaje que no hice. La conclusión admite que la ausencia es siempre permanente, y que vamos construyendo la vida con la engañosa idea de hacer desaparecer el vacío que deja lo que transcurre. Un imposible, por tanto. Cuanto más llenamos, más vacío creamos. Perdido en esas reflexiones un tanto inútiles, el itinerario de la exposición recupera ausencias que como fantasmas o sombras vagan por el territorio íntimo de mi memoria personal. En el catálogo de presentación, Esther Lozano escribe que «del mismo modo que los silencios comunican, las ausencias hablan. Las cenizas de un incendio recuerdan el fuego…la ausencia no es sólo muerte, es silencio, es lejanía, es vacío, es soledad, es quietud…». Y escribir, añado yo, es un modo de recuperar y retener mediante el recuerdo y la imaginación la vida ausente. La literatura otorga presencia. O, dicho de un modo pretencioso, la literatura rehace la vida. Y la fija, detiene el ciclo continuado del vacío.

9 comentarios en “Escrito a mano. Ausencias.

  1. Genial reflexión. Me ha flipado eso de»Cuanto más llenamos, más vacío creamos.» Cuanta razón… como viviendo en una constante deconstrucción acumulando ausencias. Creo que la Naturaleza, las madres, los artistas andamos en ese camino contrario a la entropía…
    Un abrazo

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    1. Hola, Tatiana, qué alegría, estoy dejando el blog una temporada en barbecho, me gustaría cambiar algunas cosas y planificarlo de otro modo, así que de momento no voy a publicar nada. Además, necesitaba, necesito también estar un poco menos pendiente del mundo de los blogs. Agradezco muchísimo tu interés, Tatiana, y puedes creerme que, a pesar de todo, a algunos de vosotros os echo de menos. Un abrazo grande.

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      1. Es verdad , año tras año se convierte en la rutina todo lo que hacemos y hay que hacer una pausa para saber si necesitamos solamente un descanso o mejor dejarlo para siempre y empezar algo nuevo . Me pasa lo mismo , no estoy satisfecha( y nunca lo estaba) absolutamente con lo que hago en mi blog. Empecé a escribir en ruso en una plataforma rusohablante , no me atrae, no me ilusiona. Es que, tu lo sabes ,para que conozcan tu blog y para formar un círculo de lectores los que te interesan a ti y a los que interesa que escribes hay que emplear un montón de tiempo y energía . Pues , para ello se necesita una buena causa y mucha ilusión. No tengo ni causa ni ilusión alguna. Mi hija insiste que escriba mis memorias, la verdad es que hay cosas que escribir ( ¡ bueno ,como sobre cualquier vida!).
        Echo de menos tus finos y sofisticados textos , no dejes de escribir , eres un escritor . Yo escribo mis chapusas solamente por divertirme y por comunicarme con la gente culta e inteligente.
        Me alegro mucho por saber algo de ti. Un abrazo.

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      2. Eso es Tatiana, compartimos puntos de vista, y está bien por un tiempo mantenerse distante de aquello que te exige un esfuerzo, hay que dosificar. Estoy seguro de que tienes muchas cosas que contar y no precisamente chapuzas, tus entradas de arte las leí siempre con devoción, pero por encima de todo admiro en tu blog el entusiasmo, la frescura y esa apasionada naturalidad con la que te muestras. Al menos sabemos que hay un espacio donde podemos encontrarnos. Un abrazo muy fuerte, Tatiana.

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