Carpeta de sueños

Me encuentro con el alcalde del pueblo. Hay algunas diferencias en su rostro que no se deben al paso del tiempo, aunque mantiene el cráneo despejado y su vieja camisa de cuadros rojos y negros, de manga larga. Cuando me estrecha la mano, siento el tacto áspero y cálido del labrador que nunca ha sido, una mano pequeña y gruesa a la que le falta el dedo anular. Su sonrisa es igual, discreta y amable, y el tono de su voz conserva la cordialidad que por lo general define su trato con la gente. Luego acerca su rostro al mío y me dice en voz baja no sé qué de unos ratones que saquean las despensas del pueblo. Le digo que yo no he sido, pero él me responde que si vivo solo será por algo. Y entonces, sin perder la sonrisa ni la cordialidad, su cabeza empieza a crecer y alcanza el tamaño de una calabaza gigante.

Le digo a la camarera de la barra que los mejores meses para comer arroz son diciembre y enero. Estamos en un local muy grande, del tamaño de una nave industrial, vacío y de contornos difuminados. La camarera tiene el pelo largo, liso y negro, pero no veo su rostro porque está de espaldas a mí, llenando un vaso de zumo que extrae de la aguja de un viejo gramófono que gira sin hacer ningún ruido. Al fondo de la nave hay una gran puerta abierta a través de la cual se ve una alambrada y un trozo de terreno cubierto de una amarillenta vegetación. Por megafonía, una voz masculina recomienda no dejar abiertas las jaulas para conejos, que están llenas de refugiados radiactivos.

Sentado en una butaca, al lado de la puerta de entrada, ojeo el periódico en el cuarto de la limpieza de una biblioteca. Una mujer, vestida con una bata azul, saca de un armarito palos de escobas, trapos y cubos. Leo en una entrada de Xibeliuss que las patatas están caras y lo van a estar mucho más, y cuando se asoma mi hermana E por la ventana y le digo que me traiga, me dice que ahora no puede, que ha quedado a las siete con Lucia Berlin.

Carpetas para sueños  papel italiano y papel reciclado  Contacto: eladiore@yahoo.es

6 comentarios en “Carpeta de sueños

    1. Sí, Álvaro, conviene despertar de vez en cuando esos sueños. Gracias por leer y comentar. Por cierto, acabo de visitarte, poco a poco iré ascendiendo tu montaña. Un saludo

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  1. No te fíes del tal Xibeliuss, es un especulador. Si está soltando esa información sobre las patatas es que tendrá algún interés en ello…
    ¡Vaya sorpresa me has dado, Eladio!
    Intento volver a «estar presente», por complicado que resulte. Siempre es un placer reencontrar a los amigos… y más si también se acuerdan de uno.
    Un fuerte abrazo

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