Soy uno de los muchos aficionados a leer prospectos de medicamentos. Los leo, los guardo y los colecciono. Tengo muchos. Cada cierto tiempo, voy a la farmacia del pueblo y le pido a la farmacéutica mi dosis de literatura científica, prospectos, hojas informativas y hasta publicidad de productos y remedios medicinales. Pero sobre todo prospectos. Como hay muchas medicinas que por caducidad o deterioro acaban en sus manos, me guarda siempre que puede las hojitas y luego me las da. Todas las mañanas, lo primero que hago, a veces incluso antes de desayunar, es leer un prospecto. Es como si me tomara una pastilla, una defensa regular y preventiva contra el desánimo y la dejadez. Sobre todo ahora, en este tiempo de confinamiento, cuando es más necesario que nunca mantener rutinas y dinámicas mentales que eviten la corrosión y la atrofia. El orden y el equilibrio de nuestra salud mental depende mucho del mantenimiento de una disciplina. Además, en tanto que pastilla, el prospecto te relaja porque sea cual sea el fármaco al que se refiere, siempre hay un síntoma en el que te reconoces, o un efecto secundario que te señala algún pequeño malestar, porque malestares y dolorcillos los tenemos todos los días, aunque creamos estar sanos. Yo recomiendo a todos aquellos que se inicien en esta actividad intelectual abandonar miedos y aprensiones. De hecho, la lectura de prospectos tiene efectos secundarios graves en quien padece de pánico o hipocondría, y, sin duda, si no estamos preparados, estos días no son los mejores para ponerla en práctica. Es mejor esperar. Últimamente, para prevenir insomnios o saturación de sueños que impiden el descanso necesario, he comenzado a leer por la noche, antes de dormir, una antología de prospectos de somníferos que me está gustando mucho. Mi ilusión es poder escribir algún día uno, aunque sea sobre pastillas juanola, empezar por ahí, por algo sencillo, como Borges y Bioy Casares, que escribieron su primer texto conjunto sobre un yogur o un queso fresco, no me acuerdo ahora muy bien, marca propiedad de un pariente de Bioy. Luego, como todos sabemos, ambos escritores alcanzaron la cumbre literaria. Nunca se sabe lo que nos deparará el destino. Espero con impaciencia la aparición de una vacuna contra el coronavirus, como todos, para que de una vez se detenga esta expansión maléfica, pero creo que va a tardar. Mientras tanto, no sé quién me ha dicho, a lo mejor es un bulo, que si las farmacéuticas compartieran su información con laboratorios y equipos de investigación, si abrieran para su consulta las bases de datos de sus fármacos, se aceleraría la obtención de un tratamiento con el que reducir la gravedad del impacto. Pero se muestran muy remisas porque temen que unas y otras, competidoras entre sí, transformen el intercambio de información en un saqueo de la confidencialidad, lo que en el fondo es una excusa para decir que no, yo no doy nada, es todo para mí. Personalmente me duele que gente que escribe tan bien los prospectos de los medicamentos, y a la que por ello admiro, tenga ese poco de avarícia, con lo necesitado que está el mundo de solidaridad.

Qué bueno!!!
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Gracias, Margarita. Un saludo.
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. «El orden y el equilibrio de nuestra salud mental depende mucho del mantenimiento de una disciplina.»…de acuerdo, pero el auténtico placer en plan de sentir la vida son improvisaciones .
El texto tuyo me recordó una anecdota : Rusia siempre iba muy mal en plan de contraceptivos , de la educación y del uso. Los condones sí , se vendian en las farmácias pero las pastillas masivamente aparecieron en los años de la Perestryka.
Leo el prospecto de las pastillas anticonceptivas :
Los efectos secundarios….se puede engordar, se puede adelgazar, puede crecer el pelo por todo el cuerpo, puede provocar el cancer de mama, de higado y de no sé de que y si perderá la vista tiene que ir al médico urgentemente.
Pues, no me atreví…y nació mi hija gracias a los efectos secundarios que me asustaron
Sirve, sirve mucho leer los prospectos de medicamentos. Un beso.
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Me gusta. Pondré un asterisco al final de la frase indicando que es un pie de página. Un abrazo, Tatiana.
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Demoledor. Por un lado es muy interesante la lectura de los prospectos, siempre los leo, tome yo el medicamento o alguien de mi familia y resulta muy interesante la reflexión que has hecho sobre ello, pero más me ha impresionado la reflexión final sobre la investigación que realizan las farmacéuticas, una industria que habría investigar sus comportamientos. Ya sabemos como se las gastan. Saludos.
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Sì, vale la pena adentrarse en el tema y conocer algunos de sus entresijos, la salud y el negocio no tendrían que estar mezclados, o lo estrictamente necesario, pero la realidad es otra. Gracias y un abrazo, Valverde.
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