Tengo amigos que la adoran. Yo no. Basta con haberla cogido con los dedos una vez, sin querer, para verificar la repulsión que existía cuando sólo la miraba. No, no y mil veces no. Posee este animal enfático la facultad de destruir el deseo. La aversión que transmite, su humedad fría, su lento y blando silencio inhibe la líbido de quien se cruza con ella. Si sales a medianoche al jardín de tu casa, nervioso porque el sueño no te acoge, las babosas en la hierba harán que te preguntes quién eres, qué fuiste, qué podras ser. Llegas a la conclusión de que es la tuya una vida que se cae, que se viene abajo, sin esqueleto. Lo sabía Carver y lo sabían muchos hombres y mujeres antes que Carver. No creo que haya alguien que no lo sepa. Incluso aquellos que sobre un fondo oscuro y cenagoso arrastran con ellos su última esperanza.

No sé quién puede adorar a una babosa dejando un rastro de mucosidad tras ella. Todo lo que consignas es exacto. Además, las palabras relacionadas y derivadas (baba, babosear, baboseo…) tienen todas un toque repulsivo. Un abrazo.
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Quizás demasiado exacto, desde una apreciación personal, claro. Tal vez haya escasez de metáforas. Gracias, Antonio. Buen fin de semana.
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las babosas en la hierba harán que te preguntes quién eres, qué fuiste, qué podras ser….. ¡ Que bien escrito!
Cuando el sueño no te acoge , tantas tonterias te vienen a la cabeza. Un abrazo.
La Naturaleza no se equivoca , para algo será crearla así…babosa.
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Ja, ja, ja…la verdad es que a mí las tonterias me vienen a la cabeza y bien despierto, durante el día. Más allá de lo literario, mis más respetuosa consideración hacia cualquier forma de vida. Besos, Tatiana.
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Igual que a mi…las tonterías es lo único que tengo en abundancia 😀😀😀😀
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