Danilo Manso también era un fingidor, como Pessoa: «Finge tan completamente / que hasta finge que es dolor / el dolor que en verdad siente». Muchas veces la vida de un poeta y su obra son indisolubles, y el arte de fingir se domina a todas horas, frente al papel o frente a un vaso de vino, en compañía de hombres o mujeres inventados o reales, de carne y hueso. Muchas veces, el poeta no hace diferencias entre esas dos realidades. El poeta, en cualquier caso, finge porque no conoce otra manera más noble de decir la verdad. Danilo Manso fingía, pero en la vida real era un mentiroso entrañable que no quería engañar a nadie. Era un poeta solitario e introvertido que fingía ser un hombre sociable y parlanchín. Si bebía, se entonaba, y entonces fingía ser un poeta expansivo y hasta seductor, pero en realidad era un hombre retraído y serio. Fingía seriedad y fingía campechanía, pero en realidad era zurdo y fingía escribir con la derecha. Para muchos, lo mejor de la obra de Danilo Manso está en los poemas que escribió con la izquierda, su mano de verdad. Yo discrepo, pero no soy un experto en Danilo Manso. A mi parecer, el texto que adjunto a continuación está escrito con la mano derecha, y debería ser bueno, pero Danilo Manso fingió escribirlo con la mano izquierda, su mano buena, y eso le quita la razón a sus defensores. En todo caso, a la vista está que el fingimiento lo borda:
Hoy estoy nervioso, será porque es martes y trece. Nervioso, como si una primavera no deseada me hubiera pillado a traición pintando una rosa de plástico. O porque veré esta noche a mis amigos y me contarán cosas de Berlìn y me hablarán de lechugas y tomates eléctricos y de círculos de tierra inundados de periferias. O porque he visto a una mujer que escondía su belleza en las páginas de un libro y he sido seducido por su sombra. O porque no puedo desprenderme tanto como quisiera de los avances de la vulgaridad, o porque no puedo llorar tanto como quisiera por aquello que no pude retener, o porque no puedo reir sin herirme de los fantasmas de un cierto amor. O porque ha hecho calor y ahora no, o porque no llueve y ojalá lloviera, o porque hace frío y yo siempre tengo frío, o porque yo siempre tengo frío…
Me gusta mucho Danilo Manso y entiendo sus fingimientos.
Con la derecha o con la izquierda, fingiendo o diciendo la verdad, ha escrito un buen poema
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Gracias, Paloma, a este Danilo tenemos que hacerle entrar en vereda. Un abrazo más.
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Todo es un dilema.
Un abrazo.
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Todo, o casi todo, que es lo mismo. Gracias y otro abrazo para tí, Valverde.
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«Y así escribo en medio de las cosas no junto a mis pies, libre de mi propia confusión, preocupado por cuanto no es» -Esto, P
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Y resulita que solamente yo no conozco a Danilo Manso…para los demás él como si fuera un pariente cercano. Leí tus entradas antíguas las que dedicas a él y tampoco me aclaré algo. Es que Internet no me propone alguna información, o busco mal. Pues, ¿ es, un poeta/escritor real , de carne y hueso? Que me perdones mi ignorancia( o simplemente no te leo bien, o soy muy despistada) Un beso.
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Pues te pido disculpas, Tatiana, pero lo que es Danilo lo revelan sus textos y las entradas que le acompañan. No puedo decirte más. Y reitero mis disculpas. A buen entendedor…Un abrazo.
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Supongo que soy yo quien tiene que disculparse por su torpeza…
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En absoluto, ninguna torpeza…un beso…
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Sólo hay una realidad, de la que forma parte lo vivido y lo soñado (la ficción). Eso lo sabía Pessoa y lo sabe Danilo Manso, ese contradictorio fingidor. Creo que lo somos todos, en mayor o menor grado, con mayor o menor conciencia de la insoslayable impostura. Saludos cordiales.
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Estoy de acuerdo, Antonio, y si decimos que no fingimos, estamos fingiendo. Un abrazo.
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Todos fingimos, cierto. Añadiría que como los buenos futbolistas que saben chutar con ambas piernas, solo los buenos escritores saben hacerlo con la derecha y con la izquierda. Saludos.
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El símil es acertado, Santiago, porque los que son zurdos y disparan con la derecha, si no son buenos, están fingiendo. Un saludo y gracias por tu comentario.
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«El poeta finge porque no conoce otra manera más noble de decir la verdad» Pessoa y Manso hubieran hecho buenas migas.
Un abrazo, Eladio. De ti ya tenía noticias, me encanta recibirlas también de Danilo
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Qué alegría, Xibeliuss. Disculpa el retraso, publico pero entro menos al blog, y como siempre es un placer conectar contigo. Nos leemos pronto. Un abrazo.
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